Mindseye: Así es el nuevo juego del creador de GTA, Leslie Benzies

MINIATURA REVIEW MINDSEYE

El productor histórico de la saga Grand Theft Auto, Leslie Benzies, ha regresado al mundo del videojuego con Mindseye, su primer proyecto en solitario tras su salida de Rockstar Games. Desde su anuncio, el título ha generado una gran expectación entre los seguidores del género, especialmente entre quienes crecimos disfrutando de los títulos más emblemáticos de Leslie. Ahora que el juego ha sido lanzado oficialmente, toca preguntarse: ¿cumple con las expectativas? ¿Está a la altura de su legado? ¿Justifica su precio de 60 euros?

Este análisis pretende responder todas esas preguntas desde una perspectiva neutral, sin influencias de patrocinios ni acceso anticipado. La copia fue adquirida por cuenta propia, y el análisis se basa en una experiencia real y sincera con el juego.

 

Historia: potencial interesante con una ejecución desigual

Mindseye arranca con una trama que, en sus primeras horas, ofrece buenas sensaciones. La narrativa despierta curiosidad y promete un desarrollo interesante. Afortunadamente, se aleja en parte de las misiones genéricas típicas de «ve allí y elimina a todos», presentando variantes más originales como el seguimiento de personajes mediante drones o infiltraciones tácticas.

El juego introduce además una mecánica de viajes temporales gracias a un implante cerebral que provoca visiones del pasado. Estas se manifiestan en forma de submisiones dentro de portales, aportando un giro de ciencia ficción que añade variedad. Sin embargo, a pesar de estas ideas interesantes, muchas misiones carecen de dinamismo y se sienten aburridas incluso en momentos que deberían ser emocionantes.

 

Combate: disparos poco satisfactorios y limitaciones evidentes

El sistema de combate es uno de los apartados más cuestionables del juego. Aunque el control con ratón y teclado resulta aceptable, las animaciones de disparo y muerte dejan mucho que desear. Los efectos son artificiales y poco realistas, con una sangre que parece sacada de una imagen PNG y enemigos que caen con movimientos prefabricados.

Disparar a humanos es poco satisfactorio, mientras que los combates contra robots al menos permiten cierta destrucción. No existe combate cuerpo a cuerpo en las primeras horas del juego, ni en el modo libre, lo cual limita aún más la experiencia. En general, el sistema de combate resulta tosco, poco pulido y falto de inmersión.

 

Conducción: aceptable para el modo historia, no para la acción frenética

La conducción en Mindseye se sitúa en un terreno intermedio entre lo arcade y lo realista. Los vehículos pueden derrapar con facilidad, especialmente en maniobras complejas, lo que puede entorpecer la experiencia en escenas de persecución o carreras.

A pesar de estas dificultades, el sistema no es tan deficiente como cabría esperar y resulta aceptable para el modo historia. La respuesta varía según el tipo de vehículo, siendo más estable en deportivos que en todoterrenos o buggies. Eso sí, se echa en falta una vista en primera persona, algo que sin duda aportaría mayor inmersión.

 

Gráficos y físicas: un apartado visual potente lastrado por la optimización

Visualmente, Mindseye destaca por la calidad de sus texturas, modelados y efectos de iluminación. Las animaciones faciales están bien conseguidas, e incluso detalles como el movimiento del cabello están presentes. El mapa, aunque en gran parte es un desierto, está bien trabajado con vegetación, piedras y relieve convincente.

Sin embargo, esta calidad gráfica tiene un coste muy alto: el rendimiento es deficiente. Incluso con una RTX 4070, el juego apenas alcanza los 25-30 fps en configuración máxima, con frecuentes caídas y congelaciones. En consolas, la situación no mejora, con tasas inestables y limitaciones evidentes. La optimización es, sin duda, uno de los grandes puntos débiles del título.

 

Bugs: el apartado técnico empaña toda la experiencia

Aunque Mindseye no parecía destinado a repetir los desastres de Cyberpunk 2077 o GTA Trilogy, lo cierto es que el juego está plagado de bugs, algunos cómicos, otros graves. Desde glitches visuales hasta fallos que impiden progresar en la historia, la cantidad de errores presentes en su versión de lanzamiento es alarmante.

Muchos jugadores han reportado problemas similares, y aunque algunos podrían solucionarse con futuros parches, el estado actual del juego compromete seriamente la experiencia general.

 

Actividades secundarias: variedad sin profundidad

El juego propone una serie de actividades alternativas a la historia principal: carreras con vehículos, persecuciones con drones, tiroteos, misiones secundarias en las que encarnamos a otros personajes… Sin embargo, muchas de estas actividades se sienten poco desarrolladas o mal ejecutadas.

Por ejemplo, las carreras de drones son decepcionantes por el mal control y la sensación de estar manejando un «noclip» con colisión. Las misiones adicionales ofrecen buenas ideas, pero también arrastran todos los problemas mencionados anteriormente.

 

Un «mundo abierto» que no lo es

El gran punto crítico de Mindseye es su falsa promesa de mundo abierto. Aunque esta opción aparece como un modo independiente, solo se desbloquea tras unas 6 horas de campaña. Y cuando finalmente se accede, lo que encontramos está lejos de lo que uno esperaría.

El mundo libre es un espacio vacío, sin personalización de personajes, sin tiendas, sin posibilidad de reparar vehículos o robar coches. No hay libertad de acción, y el entorno carece de vida. Se trata de un «mundo abierto» tremendamente limitado, que más bien parece una zona de pruebas mal implementada.

Incluso cuando jugamos la campaña principal, Mindseye impone restricciones continuas. No se permite explorar fuera de los márgenes definidos por las misiones, y cualquier desviación mínima suele terminar en un mensaje de “misión fallida”. Las acciones del jugador están constantemente supervisadas, limitadas y condicionadas.

No se puede robar vehículos, correr, disparar ni realizar acciones básicas si no lo exige la misión activa. Estas barreras convierten al juego en una experiencia completamente guiada, incluso más restrictiva que muchos títulos lineales clásicos.

 

Conclusión: ¿vale la pena Mindseye?

Mindseye tiene ideas interesantes y un planteamiento narrativo con potencial. Algunas misiones están bien diseñadas y podrían brillar más si se pulen ciertos aspectos. El futuro modo online puede ser una buena excusa para volver a él con amigos.

Sin embargo, en su estado actual, el juego está plagado de bugs, con un rendimiento decepcionante, físicas inconsistentes, limitaciones absurdas y una supuesta libertad que en realidad no existe. Por todo ello, es difícil recomendarlo al precio de lanzamiento.

Si te interesa la historia, quizás valga la pena esperar una rebaja y algunos parches que solucionen los problemas más graves. Pero si esperabas algo similar a GTA, Watch Dogs o Mafia, este título te decepcionará profundamente.

En definitiva, Mindseye demuestra que el talento individual no basta: un gran juego necesita de un equipo sólido, tiempo, y sobre todo, estándares de calidad. Por ahora, esta obra de Leslie Benzies no está a la altura de su legado.

Si quieres ver más sobre este análisis puedes ver el siguiente vídeo:

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